La energía eléctrica que consumimos a diario tiene un elevado costo, ya que este servicio nos llega a través de una red que involucra a varios actores mediante una extensa cadena de producción que inciden directamente en el precio final que debemos pagar, un claro ejemplo ocurre cuando compramos una bolsa de leche o una libra de fruta en donde todos lo que participan en la cadena de abastecimiento, desde el cultivo o establo hasta nuestra mesa deben percibir de una ganancia por su actividad, de igual forma sucede al consumir energía, ya que por cada kilovatio de energía que se requiere para el funcionamiento de nuestros electrodomésticos, maquinaria e iluminación nosotros como usuarios finales pagamos en la factura todos los costos que genera el servicio para remunerar a los cuatro actores principales dentro de la cadena de producción que son: empresa generadora de energía, transporte, distribución, comercialización, entre otros.
Un sistema de energía solar es una inversión óptima, ya que garantiza disfrutar de un servicio de energía de calidad y muy económico, gracias a qué el consumidor no debe asumir los costos que genera una extensa cadena de producción y más aún está en la capacidad de decidir cuanta energía quiere o puede generar y cubrir completamente la demanda diaria del servicio, ya que volviendo al ejemplo de la leche o la fruta es más económico si pudiéramos cultivarla en nuestro propio espacio que ir a comprarla al supermercado, la diferencia está que para producirla necesitamos un terreno y a veces no contamos con él, pero todos tenemos la posibilidad de implementar un sistema de energía solar gracias a qué el recurso requerido está al alcance de todos y lo podemos transformar para nuestro beneficio sin dañar el medio ambiente o impactar de forma negativa los recursos naturales.
